miércoles, 21 de enero de 2015

Introducción a la historia de la guerra fría

La conferencia de paz celebrada en París en 1946 puso fin a la segunda guerra mundial y aprobó un nuevo orden internacional. Entre la Unión Soviética y Estados Unidos comenzó poco después el período de la guerra fría, que acabaría condicionando el panorama mundial.

EE.UU. y Union Sovietica en la Guerra Fria

- El nuevo esquema territorial


Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se abrió en París la correspondiente conferencia de paz en 1946. Las decisiones quedaron, como ya sucediera con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, en la conferencia de 1919, en manos de los representantes de las potencias vencedoras.

Para con la conferencia de paz de 1946 los representantes de las grandes potencias fueron los siguientes: en primer lugar, representando a la URSS, estaría Molotov; en segundo lugar representó a Gran Bretaña Bevin; en tercer lugar, y por Estados Unidos, Byrnes; y finalmente fue Bidault el representante de Francia. Los países derrotados no tuvieron, también como en la conferencia de 1919, representación alguna.

Se firmaron en estos coloquios tratados de paz, así como el establecimiento de indemnizaciones y desarmes para con las potencias derrotadas [Italia perdió sus colonias y cedió Trieste a Yugoslavia; a Rumania se le exigió la cesión de Bucovina y Besarabia a la URSS; Finlandia entregó Carelia y Hungría volvió a sus límites originales (en el caso de Japón, y tras su militarización y redacción de una carta constitucional, se firmaría su tratado de paz en 1951)].

Alemania, sin embargo, fue un caso más complejo, siendo su territorio dividido en dos sectores caracterizados por ser política y constitucionalmente distintos, uno de ellos de corte occidental y el otro soviético [se creó la República Federal de Alemania en mayo de 1949 (Alemania Occidental), y la República Democrática Alemana en octubre del mismo año (Alemania Oriental)].

Se crea la Organización de las Naciones Unidas o ONU, una entidad supranacional para salvaguardar la paz mundial, y que acogía a cincuenta Estados (la Carta de las Naciones Unidas se firmó el 26 de junio de 1945).

Organizacion de las Naciones Unidas (ONU)

- La guerra fría


Aunque durante la Segunda guerra mundial la Unión Soviética y los países del occidente capitalista habían sido aliados en su lucha con el nazismo, el objetivo común desapareció tras la suscripción de las capitulaciones de Alemania y Japón, y con él el acercamiento de los dos bloques.

Desde entonces, el enfrentamiento, favorecido por las diferentes estructuras socioeconómicas y razones de orden ideológico, fue inevitable: el mundo se dividió en dos bloques contrapuestos y se iniciaría con ello la denominada guerra fría, que duraría cuarenta años.

Resultaron agravantes para con este resultado el rápido proceso de transformación de los Estados del este de Europa en democracia populares gobernadas por partidos satélites de Moscú (los denominados “países satélite”); la doctrina Truman (Estados Unidos se reservaba el derecho a intervenir en cualquier país que amenazara sus intereses nacionales; y el Plan Marshall (las importantes ayudas económicas, destinadas a la reconstrucción, estaban supeditadas a la expulsión de los partidos comunistas, la aceptación de la supremacía estadounidense y el fortalecimiento de la presencia militar en Alemania Occidental).

Caracterizó a la guerra fría, además, los procesos de rearme: la bomba atómica pasó también a estar en poder de la Unión Soviética, y se crearon diversas alianzas (el Pacto Atlántico (abril de 1949), la OTAN (1950) y el Pacto de Varsovia (14 de mayo de 1955).

Finalmente hay que destacar el inicio de la carrera espacial con la puesta en órbita de las primeras sondas rusas en 1957, para con la cual se empeñarían los dos bloques en contraponer sus respectivas tecnologías, recursos humanos y económicos.

Carrera espacial durante la guerra fria

- Radicalización de la lucha anticomunista


Estados Unidos se convirtió rápidamente en el país dirigente de los Estados occidentales, y ello fue debido no sólo a motivos militares, sino también a cuestiones de orden económico (Estados Unidos fue el principal proveedor financiero de los países europeos desde el final de la segunda guerra mundial).

En 1947 se aprobaba el ERP, o Programa de Recuperación Europea, cuya finalidad era reconstruir el continente (este programa económico reforzó los vínculos entre Europa y Estados Unidos). Además, la creación de la Organización Europea de Cooperación Económica, que se ocupaba de la asignación y distribución de los fondos del Programa de Recuperación Europea, fomentó la integración económica de todos los países occidentales.

Además de la OTAN, que recordemos era un organismo de defensa mutua creado a raíz del Pacto Atlántico y que englobaba a muchos países europeos no comunistas, se amplia la política de alianza de Estados Unidos (tras la victoria de la revolución comunista en China en 1949) con el Tratado de Seguridad del Pacífico o ANZUS en 1951 (con Australia y Nueva Zelanda), el Pacto del Sudeste asiático o SEATO en 1954 (cono Australia, Filipinas, Francia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Pakistán y Tailandia.

ANZUS y guerra fria

- El maccartismo y la guerra de Corea


En Estados Unidos, tras la derrota de la China nacionalista por obra de los comunistas y tras iniciarse los experimentos atómicos de la Unión Soviética, comenzó una caza de brujas que dio pie a episodios de espionaje, procesos sumarios contra intelectuales o sindicalistas sospechosos de comunismo. A instancia del senador republicano Joseph McCarthy se promulgaron una serie de decretos con el objetivo de reducir la actividad sindical, el registro de las organizaciones comunistas y la restricción de las leyes de inmigración.

La tensión entre Este y Oeste se hizo patente con la guerra de Corea, que discurrió desde el año 1950 hasta el año 1953.

Y es que, tras la retirada de tropas tanto estadounidenses como soviéticas al término de la segunda guerra mundial había propició la aparición de dos repúblicas distintas, una de inspiración comunista al norte y otra filooccidental al sur. El rechazo del presidente de Corea del Sur, en 1950, de la propuesta de Corea del Norte de convocar un referéndum sobre la reunificación proporcionó la excusa de Corea del Norte para llevar a cabo un ataque militar.

Este ataque militar fue condenado por la ONU, que designó a MacArthur para encabezar una fuerza multinacional (y esto en contra, por supuesto, de la URSS y sus aliados).

Sin embargo, y a pesar del envío de ayuda militar soviética a Corea del Norte y la intervención de un contingente chino, la frontera fue establecida en el paralelo 38º (la división de Corea se sancionó a raíz del armisticio de Panmunjom, en 1953).

Guerra de Corea y guerra fria

- La Unión Soviética hacia el estalinismo


Tras el final de la Segunda guerra mundial, la Unión Soviética se marcó dos objetivos: llevar a cabo una expansión de su esfera de influencia (mediante un proceso radical de sovietización de los países del este de Europa) y, por parte de Stalin, ir concentrando todo el poder en su manos.

De esta forma, se condenaba y perseguía cualquier desviación de la línea dictada por el secretario general, además de quedar desautorizados los órganos históricos del partido.

Estalinismo y Union Sovietica

- La revolución comunista en China


La ayuda militar estadounidense el empuje posterior al fin de la ocupación japonesa de China desembocó en la instauración de una dictadura militar en 1945.

Sin embargo, y tras no conseguir llegar a formar un gobierno de coalición, los dos bandos existentes y sus enfrentamiento dio lugar a una guerra abierta en 1946.

Tras conquistar Manchuria (1947), el ejército popular de Mao protagonizó la denominada “larga marcha”, que le llevó a evitar el enfrentamiento frontal con el ejército oficial atravesando las montañas mientras captaba nuevos adeptos. Esta ofensiva comunista llevó al total desmantelamiento de las fuerzas nacionalistas y condujo a la proclamación de la República Popular de China el 1 de octubre de 1949, mientras que Kai-Shek y el gobierno del Kuomintang se refugiaban en Formosa.

Revolucion comunista china y guerra fria

- El giro revisionista de Nikita Kruschev


Tras la muerte de Stalin en 1953 se produjo un punto de inflexión en la vida política de la Unión Soviética y en el frágil equilibrio internacional.

Tras un período de graves enfrentamiento internos, Nikita Kruschev, primer secretario del comité central, se afirmó como una de las personalidades con mayor proyección del grupo dirigente.

En política exterior se llevó a cabo una línea caracterizada por los principios de la “coexistencia pacífica”. Además, en política interior se produjo una tendencia a la liberalización e incentivación de actividades agrícolas y producción de bienes de consumo.

Kruschev denunció los métodos autoritarios de Stalin y abogó por el paso de la actitud hostil reinante durante la guerra fría a la distensión en las relaciones internacionales (eso sí, sin la renuncia las prioridades del comunismo).

De esta forma, mientras los esfuerzos en desarrollo se dirigían a las regiones asiáticas, la administración económica sufriría una profunda reforma y la producción se orientó hacia los bienes de consumo, buscando conseguir un incremento del nivel de vida.

+ La revuelta húngara


Muchos países del bloque oriental pasaron, tras el XX Congreso del PCUS, a obrar con mayor autonomía y a buscar soluciones similares a las llevadas a cabo por la Unión Soviética. Sin embargo, en Hungría el malestar popular provocado por el regreso al poder del filosoviético Mátyas Rákosy desembocó en una revuelta contra el sistema soviético y hacia el retorno de las libertades civiles.

Tras estallar una sublevación popular en Budapest, que se extendió por todo el país, fue reprimida por las tropas soviéticas duramente. A consecuencia de la misma regresó al poder Imre Nagy, que había sido excluido dos años antes bajo la acusación de revisionismo. Este trató de restablecer el sistema democrático y practicó una política exterior autónoma, sacando a Hungría del Pacto de Varsovia en 1956.

Una nueva intervención de las tropas soviéticas desencadenó una dura represión militar y condujo a la instauración de un gobierno afín a los deseos de la Moscú. Esta represión, que provocó una unánime condena internacional, abrió una herida duradera en las relaciones entre la Unión Soviética y los partidos comunistas de occidente. Además, esta crisis puso de manifiesto que, aunque Kruschev hubiera llevado a cabo un proceso de desestalinización ello no significaba que fuese a permitir la fragmentación del bloque comunista.

- John Fitzgerald Kennedy y la “nueva frontera”


El gabinete republicano de Eisenhower (1953-1960), que se había caracterizado por la lucha anticomunista, fue sustituido por un gobierno democrático en Estados Unidos.

Este estaba encabezado por un joven católico de origen irlandés, John Fitzgerald Kennedy, que ya desde el principio hizo hincapié en luchar por derribar las barreras sociales y raciales y la superación de las tensiones internacionales.

La política de la “nueva frontera” se proponía como objetivo prioritario superar las diversas formas de injerencia en los países latinoamericanos para sentar bases de colaboración que favoreciesen la evolución de estos hacia la democracia.

El proceso de distensión promovido por Kennedy tuvo que superar momentos de alta tensión, como la crisis de los misiles de Cuba entre 1961 y 1962. Todo esto se vio interrumpido por el atentado en Dallas que acabó con su vida el 22 de noviembre de 1963.

- La intervención estadounidense en Vietnam


La situación en Vietnam, país del sudeste asiático, recordaba lo acontecido en Corea en la década anterior.

Después de independizarse de los franceses, Vietnam había quedado dividida en dos: el norte, que estaba sometida al gobierno comunista de Ho Chi Minh (con capital en Hanoi), y el sur, gobernado por un régimen filooccidental (con capital en Saigón). La independencia de este país había quedado vinculada a una convocatoria de referéndum.

A este referéndum se opuso el gobierno de Saigón, provocando con ello una violenta acción armada. Se desencadenó una guerra de guerrillas, con el apoyo del gobierno de Hanoi y con el último objetivo de derrocar la dictadura de Ngo Din Diem, que era apoyado por Estados Unidos.

Estados Unidos envió en 1962 10.000 “consejeros militares” y una ayuda económica. Sin embargo, en 1963 las escaramuzas derivaron en una guerra abierta.

Guerra de Vietnam y Guerra Fria

Lyndon Johnson sustituyó a Kennedy como presidente, en el momento de mayor intervención de Estados Unidos en el conflicto, favorecida por un ataque norvietnamita a las naves estadounidenses del golfo de Tonkín. En Occidente se sucedían las protestas, a tenor del enorme sacrificio de vidas humanas y recursos económicos, así como la brutalidad de la intervención americana.

El enorme esfuerzo bélico no dio sus frutos (hay que recordar que Vietnam del Norte recibía apoyo de China y la URSS), tras lo cual Nixon abogó por una salida gradual del conflicto, capitulando Vietnam del Sur en 1975.

- América Latina y la revolución cubana


El control de Estados Unidos sobre la zona de América Latina se vio favorecido por sus condiciones de extremo retraso, las consecuencias derivadas de la segunda guerra mundial y la existencia de un capitalismo rudimentario, incapaz de realizar inversiones productivas.

Sin embargo, y tras el fracaso en Argentina del régimen de Juan Domingo Perón y la desaparición del dictador brasileño Getulio Vargas la Organización de Estados Americanos, promovida por Estados Unidos como filtro anticomunista, se tambaleó.

La revolución cubana supuso un paréntesis local, aunque de gran alcance y duración. La guerrilla contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista condujo a la instauración del gobierno revolucionario que encabezarían Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara.

Revolucion cubana y Guerra fria

Estados Unidos reaccionó inmediatamente ante la adopción de medidas como la nacionalización de las refinerías, la introducción de reformas agrarias radicales o la creación de un estado socialista apoyado por la URSS, rompiéndose las relaciones en 1961 (incluso con un fallido intento de invasión con el desembarco en la bahía de Cochinos). Cuba concedió el permiso a la URSS el permiso para instalar bases de misiles en la isla y se encontró con esto en el centro de una grave crisis internacional.

Superada la misma, que mantuvo en vilo al mundo entero, Cuba prosiguió su camino, convirtiéndose en el brazo armado de la URSS en revueltas y cambios de poder ocurridos en el continente africano.

- El caso chileno


Durante las décadas de 1960 y 1970, la mayoría de los estados de América Latina volvieron a ser dirigidos por regímenes totalitarios, apoyados en mayor o menor medida por Estados Unidos.

En Chile, sin embargo, y tras la victoria electoral de Salvador Allende en 1970, que llevaría a cabo una política de reformas y nacionalizaciones, se produciría un golpe militar apoyado por la CIA y encabezado por Augusto Pinochet. Esto dio lugar a un nuevo régimen dictatorial filoamericano, que suprimió libertades constitucionales y reprimió a los opositores políticos. Allende fue asesinado tras el transcurso del golpe.

Por otro lado, en Argentina, tras la muerte de Perón y su sustitución por María Estela Martínez, comenzó una guerra civil interna al tiempo que la extrema izquierda iniciaba una lucha guerrillera. Esto dio pie a la instauración de una nueva dictadura presidida sucesivamente por los generales Videla, Viola y Galtieri. Tras fracasar el intento de recuperar apoyo social con la ocupación de las Malvinas (que acarreó una derrota frente a la flota británica en 1982), el ejército abandonó el poder y se permitió el retorno a un régimen democrático.

- El símbolo de la guerra fría: el muro de Berlín


Tras la decisión occidental de garantizar la seguridad de la República Federal de Alemania, la respuesta vino con la transformación en 1958 en una república socialista de la República Democrática Alemana, aunque no supuso el fin de las discusiones.

A partir de 13 de agosto se empezaría a construir el que sería el símbolo de la guerra fría, un muro de demarcación que dividió a la ciudad de Berlín en dos sectores.

El muro de Berlín no representaba sólo una barrera física entre las dos Alemanias, sino que representó también el profundo abismo ideológico existente entre los dos bloques.

- El bloque oriental en los años sesenta


Tras el XXII Congreso del PCUS (celebrado en 1960, más específicamente en el mes de noviembre), al que ya hicimos alusión en el apartado sobre la revuelta húngara, se abrió una nueva fase de desestalinización que suscitó diferentes interrogantes en la Unión Soviética. El país se debatía, y más tras la represión de la revuelta húngara, entre impulsar procesos de reforma o proseguir la vía de la ortodoxia marxista-leninista.

Y es que, mientras que la política exterior estaba clara (la coexistencia de Jruschov consiguió superar incluso la crisis de los misiles de Cuba con Estados Unidos), se fracasaba en la política de descentralización económica, se sucedían las crisis agrícolas (que llegaron hasta el punto de que el Kremlin aceptase importar una gran cantidad de cereales procedentes de Estados Unidos). Todo esto condujo a la dimisión de Jruschov en octubre de 1964, siendo su sucesor Leonidas Breznev (1906-1982).

Breznev prosiguió con mayor cautela la política de distensión internacional de Jruschov, manifestándose, por ejemplo, en la condena de la intervención estadounidense en Vietnam. En cuanto a política interior llevó a cabo una reforma más eficaz de la economía, abandonando la política de descentralización y favoreciendo nuevas inversiones y garantías en cuanto a la autonomía de las empresas (todo esto sin renunciar al rígido control central).

Durante la era Breznev se reprimió con firmeza toda forma de disensión y la vida intelectual quedó reducida a la nada debido a las firmes restricciones impuestas desde lo alto del partido.

Respecto a los países satélites, Moscú tendría que hacer frente a sucesivos intentos de reforma económica, de la mano de la exigencia de cambios políticos (destaca aquí la denominada “primavera de Praga”).

En Checoslovaquia, a la vez que se nombraba secretario general a Alexander Dubcek en 1968 se produciría una voluntad de cambio. Este socialismo “de rostro humano” parecía avecinar el resquebrajamiento del Pacto de Varsovia, y acabó, como muchos de los habitantes de Checoslovaquia se temían, en una intervención militar por parte de la Unión Soviética, que acabó con el experimento reformista checo.

- De los Estados Unidos de Nixon a Ronald Reagan


Aunque no conllevó un abandono de la línea de profundo saneamiento de la situación económica, la llegada a la presidencia de Richard Nixon en 1969 llevó consigo cambio en materia de política interior. En política exterior, el país se desembarazó finalmente de la guerra del Vietnam (con una derrota clamorosa) y abrió vías de diálogo con la China de Mao, llegando a visitar el país Nixon en 1972.

Nixon sería reelegido en 1972, dimitiendo un año más tarde, en 1973, tras el escándalo Watergate, siendo sustituido por Gerald Ford, que haría hincapié en la distensión de las relaciones con la Unión Soviética. Tras su mandato, volvería a la Casa Blanca el partido demócrata, de la mano de Jimmy Carter (1977-1981).

Carter, además de participar activamente en una campaña de defensa de los derechos humanos, impulsó la reducción de la carrera armamentística y buscó nuevas vías de pacificación para Oriente Medio (esto se plasmaría en los acuerdos de Camp David, firmados por israelíes y egipcios en septiembre de 1978).

Enfrentado a una grave recesión económica al final de su mandato y considerado responsable de la fracasada operación de rescate de los prisioneros americanos en Irán en abril de 1980, perdió las elecciones de 1980 ante el candidato del partido republicano, Ronald Reagan (1981-1988). Este sería partidario de una liberalización total de la economía y un fortalecimiento de la potencia militar americana, en detrimento de servicios sociales y asistenciales.

- La URSS y el comunismo asiático


El proceso de distensión iniciado con el tratado de cooperación pacífica con Alemania Occidental en agosto de 1970 se vería interrumpido por la intervención militar soviética en Afganistán.

Breznev, en política interior, procedió a un fortalecimiento de su poder personal, acumulando los cargos de jefe del partido y presidente de la república, afianzando asimismo una línea de represión de la disidencia interna.

China, por su parte, saldría del aislamiento internacional en el que se encontraba con su admisión en la ONU (1971), poniendo en práctica un proceso de acercamiento a Japón y a Estados Unidos, normalizando sus relaciones diplomáticas con dichos países. Mao Tse-tung moriría en 1976, iniciándose una progresiva modernización de las estructuras productivas así como una leve apertura de los mercados.

En 1975, con la derrota de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, finalizaría su estrategia de freno al comunismo en Asia. Y es que los comunistas del norte de Vietnam lograron la victoria y, en julio de 1976, se llevo a cabo la unificación de la zona sur y norte en la República Socialista de Vietnam. Este nuevo Estado se incorporaría a la órbita soviética en 1978, entrando en el COMECON y estableciendo asimismo un tratado de amistad con la URSS.

- La intervención soviética en Afganistán


Los años ochenta comenzarían con signos de renovada tensión entre los Estados Unidos y la URSS, a causa de la carrera armamentística y el enfrentamiento ideológico y propagandístico.

Durante estos años se formaron nuevos gobiernos conservadores, tanto en Estados Unidos (Ronald Reagan) como en Gran Bretaña (Margaret Thatcher). Además, durante los años ochenta el bloque soviético manifestó sus primeras fisuras.

A finales de 1979, en diciembre, el Ejército Ruso invadió Afganistán con la intención de acabar por la fuerza con el nuevo gobierno de Afizullah Amin, que resultaría muerto durante la operación. Este gobierno fue sustituido por un régimen directamente dependiente de Moscú y que estaría encabezado por Babrak Karmal.

Sin embargo, los diferentes gabinetes que se habían sucedido en Kabul (capital de Afganistán) no lograron quebrar la resistencia del movimiento islámico, que amenazaba con alejar al país de la órbita soviética.

Sin embargo, lo que la Unión Soviética había proyectado como una operación político-militar rápida y segura se fue complicando. A esto contribuyó la resistencia del pueblo afgano, que protagonizó una guerra de guerrillas contra las tropas de ocupación, así como la fuerte oposición de Occidente, dominado por la intransigencia en política exterior de los gobiernos conservadores de Estados Unidos (Ronald Reagan) y Gran Bretaña (Margaret Thatcher, también conocida como la “dama de hierro”).

- Polonia y Solidarnosc


Polonia supuso otra espina para la Unión Soviética en los primeros años ochenta. Y es que Polonia resultaba un caso anómalo dentro del bloque del este, ya que la Iglesia católica ganó una gran fuerza, favorecida por la elección de un papa polaco, Karol Wojtyla.

Los obreros de las minas de Danzig, pulmón económico de Polonia, se declararon en huelga en el verano de 1979 y sus protestas llegarían a alcanzar unas proporciones que desafiaron la estabilidad del régimen. Esta protesta se extendió por todo el país, coordinada por el Sindicato libre Solidarnosc y su líder, Lech Walesa. El régimen adoptó una actitud conciliadora y reconoció al sindicato, aunque las revueltas no cesaron.

Con el objetivo de evitar una intervención soviética, se optó por recurrir a la fuerza; en diciembre de 1981 se decreta estado de sitio y se instaura un consejo militar de salvación nacional que presidiría el general Jaruzelski.

De esta forma, se impone el toque de queda, la censura y el bloqueo de las comunicaciones con el extranjero. Se disuelve el sindicato Solidarnosc y acaban en prisión sus principales representantes (también el propio Lech Walesa). Estas medidas, de carácter excepcional, fueron revocadas a final de año y entra en juego la Iglesia católica.

La importancia a nivel político de la Iglesia católica tuvo un precio muy alto: en octubre de 1984 el padre Jerzy Popielusko, sacerdote cercano al sindicato, fue secuestrado, torturado y ejecutado por el servicio secreto. Estos, los funcionarios del servicio secreto, pretendía crear un clima de insurrección popular que obligara al general a reinstaurar el estado de guerra.

- La URSS y la sucesión de Breznev


Tras morir Leonidas Breznev, en 1982, le sucedió Yuri Andropov, que a su vez falleció en febrero de 1984. Asume el poder entonces Konstantin Chernenko, líder de la corriente brezneviana del Partido Comunista Soviético o PCUS.

En algo más de un año, la URSS se ve obligada a afrontar un doble relevo en el poder y un incremento en el contingente nuclear de la OTAN. Además, dentro de sus fronteras, no parecían resolverse a corto los problemas de Polonia y Afganistán.

- Los Estados Unidos de Reagan


Ronald Reagan, republicano, se convierte en presidente de Estados Unidos en noviembre de 1980, en un momento en el que la imagen internacional de Estados Unidos se encontraba bajo mínimos (la impotencia antes la invasión soviética de Afganistán, el episodio de los rehenes estadounidenses retenidos en Teherán o la humillante derrota en Vietnam).

+ El “reaganismo”


Ronald Reagan puso en marcha el que se conoció como “reaganismo”, un programa antitético, en muchos aspectos, al de su predecesor.

El relanzamiento de la economía estadounidense se apoyó en una política radicalmente liberalista, basada en la iniciativa privada y en las leyes del mercado, así como en la limitación estatal y del asistencialismo.

+ La política exterior de Reagan


En política exterior, Reagan, con el fin de castigar al Kremlin por la invasión de Afganistán, aprobó una serie de medidas como la de no ratificación del tratado Salt II sobre armamentos nucleares, o la suspensión del aprovisionamiento de bienes de primera necesidad a la URSS, especialmente de los cereales.

Sin embargo, y aunque los primeros cuatro años del gobierno de Reagan se caracterizaron por reactivar la tensión diplomática con la Unión Soviética, en los cuatro últimos esta se suavizó, gracias, en buena medida, a la política reformista de Mijaíl Gorbachov, nuevo líder soviético.

Además, en el área de Centroamérica, Estados Unidos prestó toda la ayuda posible a los movimientos anticomunistas de Nicaragua.

Las diferentes cumbres mantenidas con Gorbachov en Ginebra y Moscú condujeron a importantes acuerdos en materia de reducción de armamento nuclear en Europa.

- La URSS: de las reformas a la disolución


+ La llegada de Gorbachov


Tras la muerte de Konstantin Chernenko, en marzo de 1985, fue elegido secretario general del PCUS Mijaíl Gorbachov. Éste se encontraría con un país al borde del colapso: la economía sufría un importante retraso, tanto tecnológica como productivamente; el sistema de distribución era deficiente y esto favorecía el desarrollo del mercado negro; y finalmente se había generalizado la corrupción y el clientelismo en el seno del estado.

Por otro lado, y si atenemos a la imagen internacional de la URSS, ésta se resentía debido a la enorme brecha socio-económica para con el modelo capitalista, que en los años ochenta vivía su mejor momento. Mientras que en los setenta la Unión Soviética había consolidado su imagen de superpotencia, en detrimento de la crisis americana derivada de la guerra del Vietnam, según pasaron los años se fue invirtiendo la situación.

Frente a esto, Gorbachov decide poner en marcha un programa de reforma para sacar al país del estancamiento y renovar la vida política y económica de la Unión Soviética (sin renunciar formalmente al modelo socialista).

+ Perestroika y glasnost


La renovación de la sociedad soviética de la era Gorbachov se basaba en estas dos figuras: perestroika (reestructuración, renovación) y glasnost (transparencia). Es decir, basar la renovación en la transparencia y en una relación entre la clase dirigente y la opinión pública que no debía basarse en la represión de la disconformidad, sino en la comunicación, la libertad de expresión y crítica y la búsqueda del consenso.

Los puntos fuertes de su reforma consistían en una renovación de la cúpula dirigente y la rehabilitación de muchos intelectuales hostiles al régimen (como por ejemplo Sajarov o Solzenitzyn). Gorbachov emprendió reformas, además, de democratización del estado, permitiendo la formación de grupos políticos y la lucha electoral para ocupar un escaño en el parlamento.

La intención última de Gorbachov y sus reformas era convertir a la URSS en una especie de república presidencial, con un presidente dotado de amplios poderes y elegido por el pueblo a la cabeza (de hecho, el mismo Gorbachov fue elegido presidente de la Unión Soviética en 1990).

+ La era Gorbachov en el terreno internacional


En el terreno internacional, la era Gorbachov se caracterizó por el fomento del acercamiento entre los dos bloques, con el resultado del fin de la amenaza de guerra atómica.

El empuje de Gorbachov en este ámbito tuvo sus efectos en los países satélites de la Unión Soviética: Yemen del Sur se reunificó con el norte (1990); las dos Coreas iniciaron un diálogo y Vietnam reanudó sus contactos con China y Estados Unidos.

Se dio un paso, además, que representaba la voluntad del Kremlin de renunciar a la imagen de potencia anticatólica y antioccidental, reuniéndose Gorbachov con Juan Pablo II en diciembre de 1989.

- La reunificación de Alemania


+ La caída del muro de Berlín


La superación de la división del mundo en dos bloques desde la segunda guerra mundial fue el que se convertiría en un símbolo: la caída del muro del Berlín (y la reunificación alemana).

Tras la caída del muro, el sucesor de Krenz (Egon Krenz, sustituto del secretario general del partido y presidente de la república Erik Honecker, fue el encargado de anunciar la posibilidad de cruzar la frontera de las dos Alemanias libremente), Hans Ulrich Modrow, convocaría elecciones democráticas en marzo de 1990, lo que inició el camino hacia la reunificación del país (a favor de lo cual también trabajaba incansablemente el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, que, el 18 de mayo de 1990, establecería un tratado de Estado para instituir la unión económica, monetaria y social de las dos Alemanias).

Las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial ratificarían esto en Moscú el 12 de septiembre, mediante la firma del tratado de reunión y concesión de plena soberanía a la nueva Alemania.