lunes, 1 de abril de 2013

La función de la costumbre internacional

La función mas relevante de la costumbre internacional es la de garantizar la capacidad evolutiva del Derecho Internacional. Desde sus orígenes ha ido acomodando las necesidades jurídicas sentidas por la sociedad internacional. Es la costumbre la que ha regulado las condiciones de su propia formación y eficacia así como las de los tratados. Durante mucho tiempo las reglas consuetudinarias han sido las únicas con vocación de universalidad. Por estos motivos, los primeros tratados multilaterales del siglo XIX tenían como objetivo y como método recoger por escrito las reglas consuetudinarias admitidas en la materia correspondiente.

La función de la costumbre en la estructura normativa del ordenamiento internacional, es decir, su relación con las demás fuentes del Derecho Internacional Público es:

Respecto a los principios generales, la costumbre es un medio de formulación, hasta el punto de que a veces resulta difícil distinguir una y otras. La responsabilidad Internacional y la Inmunidad Internacional del Estado son principios que siguen unidos a las formulaciones consuetudinarias. Respecto a los Tratados la costumbre contribuye a su formación. Muchos tratados recogen y declaran la costumbre preexistente. Otras veces la norma consuetudinaria mantiene su propia vigencia como excepción al contenido de la norma convencional.

Así, cuando las partes generan o se incorporan a una nueva norma consuetudinaria que no es compatible con una parte del tratado, se producirá una reforma tácita y eventualmente se planteará la necesidad de un nuevo tratado.

Respecto a la propia norma consuetudinaria, la costumbre es revisora y modificadora. En el caso de una costumbre posterior se producirá la reforma de la norma consuetudinaria anterior.